- Categoría: Historias
Un día en que nos encontrábamos dejando alimento y agua en el refugio que nosotros llamamos "La casa sola", apareció una hermosa perra de negro y lustroso pelaje. Detrás de ella, caminando con mucha dificultad, venía un macho de color café indefinido, muy enflaquecido y maltratado. Se acercaron al alimento pero no permitieron que los acariciáramos. La hembra huía al menor intento y el macho nos mostraba sus colmillos. Se notaba a simple vista que su experiencia con los humanos no había sido buena.